jueves, 27 de noviembre de 2008

REENCUENTRO EN EL CAMPO.

Escondido en la maleza

como un animal,

ocultaba mi tristeza

y aliviaba mi mal.

Lejos sentía el viento

cerca sentía su aliento,

pero yo estaba solo

con el viento y mi pensamiento.

La hierba me contagiaba

su calor con optimismo,

y la tierra me enseñaba

a confiar en mi mismo.

Luego me levanté

y comencé a correr,

al poco tiempo la alcancé

y la logré retener.

Miré su cara, tomé su pelo

le dije que la amaba, ella dijo: te quiero;

y así, pisando la hierba, la maleza y la tierra

me alejé yo con ella, en una unión eterna.


Marcelo Fernández Romo

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