lunes, 25 de octubre de 2010

Cultura IMLP: PODRÍA SER INMENSAMENTE FELIZ

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PODRÍA SER INMENSAMENTE FELIZ

Podría ser inmensamente feliz, me digo
Pero cómo, si tú-lejana-estás
llorando?

"Elicura Chihuailaf"



ANTES DESAPARECIERON (A) NUESTROS
HERMANOS ONAS. MAPUCHES HERMANOS,
PARA NOSOTROS QUIEREN LO MISMO
Estamos aquí amigos, como pájaros que
y son presa fácil para los cazadores
Sólo buscamos una última oportunidad
para tomar las riendas de nuestro destino
Estamos lejos porque nos han desterrado
pero nacen hijos que llevan nuestra sangre
con ellos volveremos, una tarde, al terruño
(¿no es acaso la tarde como la vejez
la hora en que el día y el hombre esperan
morir en paz?)
Sopla el viento sur, en un país extranjero,
y nos hace recordar
el olor de los canelos y arrayanes
que llenaban los pulmones
Sopla el viento sur y nos recuerda que
en las ciudades de Chile
hay muchos que nos discriminan y nos dan
los peores trabajos
(así ¿podemos poner otra vez la cara
para que nos golpeen?)
Del Este viene el viento, ha llegado
La hora de retornar
Beberemos muday, beberemos agua en las
vertientes.

lunes, 23 de agosto de 2010

Taller de Dibujo en el IMLP



María Soledad Sepúlveda Lamoza
Pintora profesional, Ganadora de los premios:

Primer Lugar exposición colectiva en la Sociedad Nacional de Bellas Artes (2000).



Premio exposición colectiva de óleos en temas libres, organizado por Golden Senoir en el Centro Cultural de Las Condes (2008).


El dibujo o pintura es una forma de expresión, hecha de sentimientos, habilidades innatas y comportamientos aprendidos. La pintura es libre, no es una carrera ni una competencia, sino una relación íntima que se establece entre la tela y el alumno. Dibujar es representar sobre un plano, por medio del trazo y del claroscuro, una realidad física observada.

Mi objetivo es enseñar a otras personas a descubrir, por medio de la pintura, múltiples detalles que sólo el ojo del pintor percibe, determinar el lugar que ocupa cada uno de los elementos a representar, logrando también que ella reconozca, plasme y desarrolle un estilo propio en sus trabajos.

Este taller invita a todas aquellas personas interesadas en descubrir la forma de integrar lo que se interpreta de la realidad, representándolo en una composición en tela o papel, por medio del dibujo y de la pintura, para así recrear el espíritu y enriquecer nuestro yo interior.

Para participar en el taller de dibujo del Instituto Miguel León Prado no se necesita conocimientos previos, sólo entusiasmo y deseos de hacer parte de nuestras vidas la naturaleza que nos rodea. El taller nos invita descubrir la forma de integrar lo que se interpreta de la realidad, representándolo en una composición en tela o papel, por medio del dibujo y de la pintura, para así recrear el espíritu y enriquecer nuestro yo interior.

El objetivo de éste taller es que los alumnos practiquen el dibujo, de esto se deriva que aprendan cómo distribuir los elementos en el espacio, las proporciones e incorporen una técnica para traspasar dibujos de otros modelos a la tela o papel, considerando la técnica que los alumnos prefieran (pastel u óleo).

Posteriormente los participantes podrían aplicar las teorías y técnicas anteriormente descritas y se encontrarían en condiciones de trabajar con temas de mayor complejidad como naturaleza muerta y bodegones. Esta es una composición en la que intervienen objetos como frutas, comestibles y objetos no naturales (botellas, vasijas, platos, vasos y utensilios varios). A través de bodegones y naturalezas muertas, aprenderemos no sólo a desarrollarnos en el dominio del color sino que además aprenderemos a componer distintos objetos encima de una mesa. Una vez elegido el motivo y una vez estructurada la composición, la iluminamos convenientemente ¡y a pintar!

miércoles, 28 de julio de 2010

Café Literario en el Día de los Pueblos Originarios

Con el objetivo de promover la cultura el café Literario en el día de los Pueblos originarios tuvo como invitados a miembros de la comunidad mapuche Apu Huechuraba Rossy Paillalef y Khano Illatul junto a ellos Ignacio Watson nuestro presentador, a través de ellos nos involucramos en un universo nuevo conformado por una variedad de un mundo diferente y desconocido.


Este universo que, pese a su vastedad, nos ha permitido en un titilar del tiempo la cercanía, el encuentro y crecer.

La literatura se vive, se experimenta y deja huella. Y el desarrollo cultural tiene que ver intrínsecamente con lo que hacemos, con lo que decimos, así es como disfrutamos de los poemas de nuestro poeta Salvador Quezada Cid.

También contamos con la compañía de músicos del Ballet folklórico Antumapu que nos deleitaron con un repertorio de composiciones folklóricas de nuestro pais.





lunes, 21 de junio de 2010

Café Literario "Día de los Pueblos Originarios"

24 de Junio Café Literario en el IMLP, donde conmemoraremos el Día de los Pueblos Originarios, evento perteneciente a las actividades de Bicentenario del IMLP.
En esta oportunidad contaremos con la presencia de Rossy Paillalef y Khano Illatul, pertenecientes a la agrupación indígena "Apu Huechuraba". Ellos nos conversarán de su cultura, tradiciones y espiritualidad.
También podremos compartir poesía relacionada con la temática indígena.
Además tenemos de invitados a músicos del Ballet Folklórico Antumapu, quienes nos deleitarán con música étnica.

La leyenda de TrenTren Vilu y KayKay Vilu

Autores: Rossy Paillalef y Khano Illatul (Apu de Huechuraba)
Dibujos: Antonio Cabello


Mapuche, es así como hoy nos llamamos, con éste nombre se nos reconoce hoy, "gente de la tierra" quiere decir en nuestro idioma.

Gente de la tierra, porque nuestros abuelos nos dicen que de esta tierra brotamos, salimos desde el suelo, por esto también llamamos a nuestra tierra ÑUKE MAPU (Madre Tierra). Es por esto también que sabemos que los animales, las plantas y las aves son también hijos de la tierra, entendemos que debemos respetar a cada ser vivo y tomar de nuestra gran madre tierra sólo lo que necesitamos.
Dicen los abuelos que en otras generaciones más antiguas podían hablar con las aves y los animales, que se entendían. A esta lengua le llamamos mapudungun, aún hoy se habla esta lengua, pero sólo cuando hay ceremonias los animales y las aves parecen reconocer esta lengua.

Dicen los más sabios que los primeros habitantes se llamaban llituche, eran personas muy agradecidas de fütaküme pellu (gran espíritu) y siempre le dedicaban cantos y danzas, podían estar días enteros danzando, porque nada les faltaba, danzaban tanto que remecían la tierra, y la tierra se alegraba. Pero en el fondo del mar habitaba una gran serpiente que se molestaba cada vez que los llituche tenían ceremonias, no podía dormir y sentía envidia que en la tierra hubiese tanta vida y en el mar muy poca, sólo algunas algas.

En los sueños el gran espíritu les hablaba a los llituche, les daba consejos para tener una buena vida y vivir mucho tiempo, así en sueños, les dijo también que en el fondo del mar había una serpiente que estaba muy enojada y que quería eliminarlos.
Así llegó ese día, la serpiente esperó que estuvieran todos muy dispersos y abriendo de gran manera su boca, tomó agua la lanzó las nubes, comenzó a llover muy fuerte. Lanzaba más y más agua, pero vio que no producía gran daño en los llituche, ya que eran gente muy fuerte, entonces comenzó a girar sobre sí misma y creó grandes olas que inundaron rápidamente los llanos, los llituche corrieron hacia en cerro más alto y siguieron el consejo del gran espíritu, comenzaron a llamar a la gran serpiente de la tierra, llamada TrenTren, pero el agua subía rápidamente y cada llituche que se ahogaba se transformaba en pez y cada animal en roca. TrenTren decían los llituche y el cerro crecía, pero la serpiente del agua kayKay aún tenía mucha energía para seguir inundando todo.

Cuando la serpiente de la tierra no pudo hacer crecer más el cerro, salió entonces desde bajo de la tierra y se enfrentó a KayKay. La lucha dicen duró muchos días, hasta que TrenTren envío al fondo del mar a KayKay.
El mar quedó lleno de peces grandes y chicos y con muchas rocas con forma de animales, por esto dicen que ya no ha vuelto a salir KayKay.
En el gran cerro se salvaron muchos animales, pero sólo cuatros personas, una pareja de abuelos y una pareja de jóvenes, de ellos es que descendemos todos los que hoy nos llamamos mapuche..

Esos abuelos fueron sabios en enseñarles a los jóvenes, por esto hay buenos pensamientos en nuestra gente, y no tenemos necesidad de ser gobernados, de ahí nace nuestro espíritu libre y nuestro respeto a los ancianos y a toda la vida que hay en nuestra Madre Tierra.

lunes, 27 de abril de 2009

Ha sido un gusto chocar con usted.

Me dirigía a mi acostumbrado primer lugar de trabajo del día, (en las mañanas lo hago en dos sitios diferentes) y de pronto en una esquina a mi izquierda, aparece un auto azul a baja velocidad, pero haciendo caso omiso a una señalización de “Ceda el paso”; aunque frené antes de llegar al cruce, el impacto fue inevitable. Detengo el motor, me bajo, doy un rodeo por ambos coches y una temblorosa muchacha desciende del otro vehículo. Sólo camina en silencio.
Inicié el diálogo:
- ¿Estás entera?
- Sí, ¿Y usted?
- Parece que también. ¿Oye, que no viste el letrero “Ceda el paso”?
- No sé, me confundí. Es que estas calles reversibles según la hora del día...
- Perfecto, yo también tengo mis reparos a este sistema; pero un “Ceda el paso”, es un “Ceda el paso”, independiente del sentido del flujo de vehículos.
- ¿Y ahora que hacemos?
- No sé pues... No estoy acostumbrado a chocar. Primero corramos los autos, porque estamos bloqueando el cruce.
De pronto, sin darme yo cuenta, me sorprendo al encontrarme retirando los restos de vidrios esparcidos en su asiento, para que pudiera subir nuevamente y ubicarse a un costado de la calle. Un transeúnte nos ofreció su ayuda, mientras un vecino de la casa de enfrente le traía un vaso de agua (me imagino que al menos, ella sentía un importante apoyo moral del mundo que la rodeaba).
Me mira mencionando su nombre e inquiriendo el mío.
A mi contestación agrego:
- ¿Y tú que haces?
- Soy Psicóloga; voy a una reunión en la Universidad. ¿Y usted?
- Soy Médico y voy a una consulta que está como a 10 minutos de aquí, o mejor dicho iba, porque con esto ya no podré ir.
Me pregunta:
- ¿No está enojado?
A lo que yo respondo:
- Bueno, no creo que lo hayas hecho intencionalmente. Y por lo demás, agradezcamos que nadie salió herido.
Esbozó una leve sonrisa, la que sólo duró hasta cuando yo aventuré una nueva (y crucial) interrogante:
- ¿Tienes seguro?
- Sí, creo...
Me mantuve en silencio (tal vez algo desesperanzado).
Inspeccioné ambos vehículos; en el suyo ya no existía la puerta del copiloto, la ventana pareció explotar, revisé su motor y estaba indemne. En el mío comprobé una importante pérdida de agua la que manaba aparentemente por un costado del radiador, una rotura en el parachoques y el quiebre del foco y señalizador izquierdos. Extraje de la guantera un atornillador, porque mi patente había quedado sujeta de un solo tornillo y el otro lo había recuperado de entre los restos de vidrios esparcidos por el pavimento. Un sello de mi parachoques apareció en el interior de su habitáculo.

Ella mientras tanto buscaba empecinada en una carpeta el número telefónico de su aseguradora. Luego hizo la llamada, y después de una breve discusión con quien estaba al otro lado de la línea, me confiesa con enojo pero haciéndome percibir sinceridad en sus palabras:
- Es que no puede ser. ¿Qué se habrán creído? Hace dos meses que me cortaron el convenio y nadie me había avisado...
Sólo la miré y volví sobre mis pasos ya andados, diciéndole:
- ¿Pero cómo no frenaste? ¿Pero por qué fuiste tan lesa? ¿Te das cuenta que en estos momentos tú podrías estar muerta; y yo camino a la cárcel?
- Sí, si lo se.
Bueno ya; pensemos que vamos a hacer ahora. Llama a tu Universidad para decir que no vas a ir, te noto demasiado nerviosa y como médico puedo dar fe que no te encuentras en condiciones de trabajar. Y yo avisaré lo mismo a mi consulta, al menos donde tenía que ir primero, ya veré después.
Durante esos minutos, varios autos pasaron por el sector; creo que tres o cuatro conductores me reconocieron, incluso más de alguno me hizo una cómplice venia... (yo; a las 10 de la mañana, charlando en una esquina muy lejana a mi hogar con una agraciada veinte añera... la suspicacia humana da para mucho...).
Luego de facilitarme su teléfono, (me había quedado sin batería, (Ley de Murphy) y tenía que llamar avisando a mi trabajo); me dice:
- Yo voy a comunicarme a la casa también.
Aún no lo había hecho, porque desde que avisó a la Universidad del percance, numerosas fueron las llamadas que recibió, y cada vez detallaba lo vivido con una creciente emotividad. Le pedía que no exagerara el relato, porque la frase “el auto quedó destrozado”, la encontraba de un dramatismo que rebasaba la realidad; era como mucho... Antes de llamar me quiso entregar sus datos; nombre completo, dirección, teléfono. Al mencionar su calle me pareció familiar (era como a 5 cuadras de la mía). Le dije:
- Tengo un amigo que vive por ahí.
Pero cuando me dio su apellido... presentí algo insólito...
- ¡Oye... tienes que ser pariente del Nano...!
- ¡Sí, es mi padre!
La afirmo de un hombro casi abrazándola, sintiendo cierta emoción y en tono un tanto protector le digo:
- Mira si tienes suerte chiquilla chica, yo crecí con él en nuestro barrio de niños. Vivía frente a mi casa y después se cambió una cuadra más allá. Nuestros padres también se conocían, y yo fui amigo además de tus dos tías y de tu tío, el mayor, que era atleta del Instituto Nacional, mi colegio. Si sólo el mes pasado me encontré con tu papá comprando en el supermercado y estuvimos conversando un largo rato.
- No lo puedo creer… Mucho gusto…Igualmente... ¡Vaya que manera de conocernos...!
Volvió a recuperar sus probables colores habituales y permaneció sonriente. Me dijo que teníamos un par de ángeles que nos habían protegido.

Acto seguido, comenzó a marcar el número de su padre.
- Llámalo y cuando conteste me pasas el teléfono. Yo le contaré.
- Pero no le diga que fui la culpable...
- Lo siento, la verdad ante todo. Y de tu culpa no te voy a librar...


En efecto, la joven llamó y le manifestó un escueto:
- Papá, un amigo de la infancia te va a saludar.
Una vez que establecimos un afectuoso diálogo, yo proseguí con una sorpresiva frase:
- Vas a tener que tomar nota de unos encargos que te voy a hacer; escribe: una puerta para el auto de tu hija, un foco delantero, un señalizador, una reparación de parachoques y probablemente de un radiador, para el auto mío.
Confundido, intrigado (y me imagino que también asustado) me contestó:
- ¿Qué pasó, chocaron? ¿Dónde fue, pero están bien?
Le conté brevemente la escaramuza (a esa altura ya casi tragicómica) en que nos había involucrado el destino.
Finalmente con mi compañera de aventura decidimos no acudir a Carabineros. Y es más, ella ya había perdido con esto su día laboral; por lo cual, horas más tarde la esperaría en mi otra consulta para otorgarle una Licencia Médica, porque yo en el cabal ejercicio de mi profesión había determinado que presentaba un cuadro angustioso reactivo, y así no podría trabajar ese día.
Pusimos en marcha los vehículos y con mucha precaución nos dirigimos hacia nuestros respectivos hogares. Le acompañé durante las 10 cuadras que recorrimos hasta nuestro punto de separación.
Fue así, como a las 13 horas, recibía en mi consulta del centro a una atribulada paciente, que hasta hacía tres horas atrás no conocía. Luego de comentarme ciertas molestias musculares, examiné su cuello y sus tobillos y al explicarle que todo me parecía bien, noté un atisbo de disminución en su sobrecarga emocional. Le extendí su licencia; (fue una atención médica sin costo por supuesto, caballero hasta el final) y momentos más tarde regresábamos amistosamente en el metro (incluso insinuó pagar mi pasaje). Ya para esa noche, yo figuraría como un nuevo contacto en su Facebook.
Por todo lo descrito; de sus reacciones deduje un subliminal: “Gracias señor, fue un gusto haber chocado con usted”.

Nota: como las cosas siempre ocurren formando parte de un todo en la vida; al día siguiente recibí la llamada de un colega, quien me decía que necesitaba una Psicóloga para su Centro Médico… y obviamente que lo ayudé; dándole su número telefónico a una profesional que había conocido intempestivamente sólo 24 horas antes.



Marcelo Fernández Romo.