Entonces salió a recorrer las calles. Al ver una hoja en el suelo recordó, sin desearlo, pero tampoco con molestia, como hace algún tiempo atrás había visto como caía una hoja en el otoño. El invierno lo había dejado solo, pero no le importaba. Era en verdad un muy buen recuerdo ese de las hojas. De pronto se hayo en una plaza, donde había estado antes con una guapa muchacha, volvió a recordar, pero esta vez debía arrancar. Entonces caminó más rápido.
Pancracio Orden
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