Así se derrumbó la patria: hundidas sus
cumbres marchaban mar adentro y
eran como los mandamientos, cruzando
Así bajamos por el abismo del mar y las cimas de los Andes eran
como los mandamientos precediendo la marcha por el Pacífico
Y los llorosos y los muertos se rompían igual que pedazos de sal
oyendo las cordilleras en las partidas aguas
No matarás no hurtarás no mentirás pero los
que mataste atascaron los cauces
No humillarás pero el pasto de tus humillados
espesó las aguas
No traicionarás ni te venderás y los vendidos
y los traidores amorataban los torrentes y los
ríos se pararon
Cuando las culpas erizaron los bordes de las cordilleras y el
horizonte se encrespó como un lomo sobre el tajo del mar Y
todos nos íbamos doblando entre los paredones de esas olas
huecos de amor mirando marchar las cimas en el océano
Tú me vendiste y las cumbres de los volteados
Andes gritaban culpándonos
Allí me desollaron y el grito seguía gritando
en las encangrejadas costas.
Y nosotros éramos los condenados ojos la boca
los oídos que no sintieron Y los mandamientos
ensordecían atravesando las cortadas aguas
Y entonces como el abismo como el acantilado como el lomo
estrangulado de nuestras culpas todos alcanzamos a ver el
maderamen de Chile derrumbarse entre los murallones del
Pacífico apagado como un antiguo oleaje condenándonos
a morir y a morir sin fin hasta el último viaje de estos sueños
PASTORAL DE CHILE
III
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía "Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetara
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiera en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"Ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni de azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren
IV
no corren los trenes, nadie camina por las calles
y todo está en silencio
como si hubiera huelga general
Pero porque todo está hecho para tu olvido
y yo mismo dudo si soy muerto o viviente
tal vez ni mis brazos puedan cruzarse sobre mi pecho
acostumbrado como estaban al contorno de tu cuerpo
Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas
y es cierto que mis ojos no serán mis ojos
ni mi carne será mi carne
y que Chile entero te está olvidando
Que se me derritan los ojos en el rostro
si yo me olvido de ti
Que se crucen los milenios y los ríos se hagan azufre
y mis lágrimas ácido quemándome la cara
si me obligan a olvidarte
Porque aún hay miles de mujeres en quien poder
alegrarse y basta un golpe de manos
para que vuelvan a poblarse las calles
no reverdecerán los pastos
ni sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si
no te alzas tú la renacida entre los muertos
Hoy se han secado los últimos valles
y quizá ya no haya nadie
con quien poder hablar sobre la tierra
Pero aunque eso suceda
y Chile entero no sea más que una tumba
¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me quieres!
Inscripción 178
Te hablan ahora las rompientes de tu vida
Te cuentan de las falsas Itacas,
del naufragio en costas remotas
de tu cansancio doblándote hacia las olas
Te dicen que más allá está el final
de la tierra
que allí el mar se derrumba, que tu mar
amado se derrumba y que los barcos
nunca han vuelto
Te hablan en tu propia noche los temores
Que suenen entonces como algo que se
despierta estos poemas
como algo que está en tí, como algo que cruce el mar y se despierta.
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