Documental del cineasta chileno Patricio Paniagua
María Eugenia Sánchez Núñez
Rodado en Chile y Francia, retrata la labor de Roland Husson, consejero cultural de Francia en Santiago entre 1973 y 1976, quien refugió artistas durante la dictadura de Pinochet.
Labor admirable de este diplomático, que reconoce al llegar, un Santiago donde el arte y la cultura fluye desde diferentes sectores.
Luego, el golpe de estado, desde los primeros minutos de la dictadura, donde el sueño se derrumba.
Su incondicionalidad y la de los embajadores franceses; embajada, cancillería y residencia de estos últimos sirvieron como refugio, el Instituto Chileno Francés a las artes disidentes, la casa de Husson como espacio de libertad y distensión.
Sin duda, un documental que sobrecoge, calando hondo en todo espectador, especialmente en los jovenes de entonces, ya que Paniagua tenía 21 años al momento del golpe. A las nuevas generaciones, mantiene fresca la memoria histórica para con ello, procurar que no vuelva a ocurrir.
Roland Husson pasea por el Santiago actual, donde el pasado, de violencia de Estado, la de tortura y exterminio, está convertida en museo y placas recordatorias.
Quedan los creadores, el trascender de su obra y el valor que tienen para un pueblo. Gracias a este hombre que así lo entendió y supo actuar a tiempo.
Labor admirable de este diplomático, que reconoce al llegar, un Santiago donde el arte y la cultura fluye desde diferentes sectores.
Luego, el golpe de estado, desde los primeros minutos de la dictadura, donde el sueño se derrumba.
Su incondicionalidad y la de los embajadores franceses; embajada, cancillería y residencia de estos últimos sirvieron como refugio, el Instituto Chileno Francés a las artes disidentes, la casa de Husson como espacio de libertad y distensión.
Sin duda, un documental que sobrecoge, calando hondo en todo espectador, especialmente en los jovenes de entonces, ya que Paniagua tenía 21 años al momento del golpe. A las nuevas generaciones, mantiene fresca la memoria histórica para con ello, procurar que no vuelva a ocurrir.
Roland Husson pasea por el Santiago actual, donde el pasado, de violencia de Estado, la de tortura y exterminio, está convertida en museo y placas recordatorias.
Quedan los creadores, el trascender de su obra y el valor que tienen para un pueblo. Gracias a este hombre que así lo entendió y supo actuar a tiempo.
María Eugenia Sánchez Núñez
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